El pasado sábado, hora local, el gobernador del Banco de Japón, Kazuo Ueda, declaró en la reunión anual de banqueros centrales celebrada en Jackson Hole, Wyoming (EE. UU.), que considera que la tendencia de aumento salarial en Japón se está extendiendo más allá de las grandes empresas. Además, señaló que, a medida que el mercado laboral japonés se ajusta, el alza de los salarios podría seguir acelerando el ritmo de las subidas de tipos de interés, lo que le hace mostrarse optimista respecto a las perspectivas de un incremento de tasas por parte del Banco de Japón.
Tras haber puesto fin el año pasado a un programa de estímulo masivo que duró una década, el Banco de Japón elevó en enero de este año los tipos de interés hasta el 0,5 %.
Sin embargo, desde que en abril el gobierno de Trump en Estados Unidos aumentara los aranceles a Japón, el banco central suspendió su ciclo de subidas de tipos. Dado que Japón es una economía dependiente de las exportaciones, el impacto de los aranceles podría ser especialmente significativo.
No obstante, con la reducción reciente de los riesgos vinculados a los aranceles, actualmente existe una expectativa generalizada de que el Banco de Japón reanudará su ciclo de alzas de tipos más adelante este año.
Kazuo Ueda señaló que, a pesar de la disminución constante de la población en edad laboral en Japón, las “profundas expectativas deflacionarias” han frenado durante décadas a las empresas a la hora de subir precios y salarios, manteniendo el crecimiento salarial estancado.
Sin embargo, afirmó que la situación ha cambiado: los salarios en Japón están aumentando y la escasez de mano de obra se ha convertido en “uno de nuestros problemas económicos más urgentes”, dado que la inflación global provocada por la pandemia de COVID-19 ha actuado como un choque externo que rompió el equilibrio deflacionario del país.
En la reciente reunión de política monetaria de julio, el Banco de Japón mantuvo sin cambios los tipos de interés, pero elevó sus previsiones de inflación y ofreció una visión menos pesimista de las perspectivas económicas, lo que sostuvo las expectativas del mercado de una subida de tasas este año.
Las actas de la reunión de julio del Banco de Japón mostraron que la persistente inflación en los alimentos y las perspectivas de un crecimiento continuo de los salarios llevaron a algunos miembros de la junta a advertir sobre la posible aparición de un “segundo efecto de precios”, lo que podría impulsar al banco central a subir nuevamente los tipos.
Según encuestas, actualmente casi dos tercios de los analistas prevén que el Banco de Japón volverá a aumentar la tasa de referencia en al menos 25 puntos básicos más adelante este año.